El dolor bajo la fórmula que lleve partido tiempo , puede resultar un regalo. Lo he leído. Se ha convertido en un deambular en paz. Hay pocas de algo más. En el bosque todas las espinas son afiladas. El ego se esconde se pone a afilarlas para que siga doliendo. Pero cuanto más miro el bosque y lo transito, voy haciendo un mapa mental de él. De tal manera que estaré observando mentalmente desde afuera. Y ahí es cuando el dolor está más reducido en tamaño. En el proceso del mapeo el tiempo está ejerciendo su lugar en la fórmula:
Dolor+ ego / tiempo = Descanso ; Descanso + tiempo = Paz .
Es curioso cuando aparto el ego, tan solo unos instantes se siente la dualidad. Solo emergen pensamientos compasivos y altruistas sinceros. Pero cuando me doy cuenta de que el ego se fue , vuelve y me recuerda eso que duele . Pero entre ese altruismo y aparición del dolor está un espacio, un espacio vacío que invita a equilibrarte. En procesos de paz y ausencia del ego , el tesoro se siente , se percibe en la conciencia. El amor incondicional. Se traduce en gestos invisibles para personas que tienes presentes en tu corazón con separación física, pero mi amor incondicional hizo una acción invisible que esa persona nunca sabrá que he sido yo, porque ya no importa , solo importa el amor de verdad, el incondicional.